De cafés, plásticos y aditivos de plástico.
Colaboración de Alexandre M. Schönemann, membro do comité de Medioambiente:
Actualmente trabajo en un centro de investigaciones marinas formando parte de un grupo que, entre otras cosas, se dedica a explorar cómo afectan los plásticos a los ecosistemas marinos. En el centro tenemos una vieja y obsoleta máquina expendedora de café que el único producto seleccionable que hace honor a su nombre es la leche manchada, no sabemos exactamente manchada con qué. Ya cansados de no tener nuestra dosis de cafeína y después de una pequeña revuelta, se decidió poner una hoja con sugerencias al dueño de la máquina. La primera sugerencia que apareció fue la de poder cancelar el vaso de plástico y poder poner tu propia taza (una opción que se basa en la reutilización, un concepto más sostenible que el reciclado). Esta idea, que desde un punto de vista medioambiental parece rotunda, hay que evaluarla con perspectiva. Para poder tener la opción de no seleccionar el vaso sería necesario sustituir la maquina entera y ¿Qué es mejor, gastar 10 vasos reciclables de plástico al día o tirar la máquina vieja y poner una nueva? ¿Qué es mejor, tener un coche de 25 años que consume diésel como un tractor o cambiar de coche cada dos años para cumplir con todas las etiquetas verdes?
Frente a semejante dilema, la opción a la que se llegó fue sustituir los vasos de plástico (polipropileno) por vasos de cartón. Pero, volvamos a mirar las cosas con perspectiva, el policarbonato es un plástico barato de fabricar, con una composición química inocua y reciclable, mientras que los vasos de cartón ni son reciclables ni son de cartón al 100% (véase la etiqueta que afortunadamente desde 2021 los fabricantes están obligados a poner).
Etiqueta reglamentaria para productos de un solo uso que contengan plástico, según el reglamento de ejecución (UE) 2020/2151 de la Comisión Europea.
En este caso, la decisión si se ve más clara y decidirse por los vasos de polipropileno frente a los de cartón apunta a ser la mejor opción ambientalmente.
Queda por ver el impacto del producto como residuo en el medio natural. Aquí entra en juego un aspecto muy importante y es la composición química. A la base del plástico (polímero constituyente) se le añaden diversas sustancias químicas (aditivos) para darle al plástico propiedades como una mayor resistencia a los rayos UV, resistencia al fuego, color, plasticidad, etc. Estos aditivos en algunos casos pueden llegar a suponer hasta el 80% en peso del plástico y se ha probado que son liberados al agua desde los residuos plásticos1. Además, estos aditivos causan efectos tóxicos en los organismos acuáticos como alteraciones hormonales o efectos adversos en la reproducción y viabilidad de la descendencia2. Por otro lado, los nuevos plásticos basados en soluciones que no provienen del petróleo (los llamados bioplásticos), a menudo incluyen una gran variedad de aditivos en su composición que no siempre serán la opción más inocua para los organismos expuestos a ellos3.
En conclusión, no es oro todo lo que reluce y las nuevas opciones y materiales que aparecen no son una solución milagrosa frente al problema de la contaminación ambiental, debemos ir cambiando los productos con precaución y basándonos en el conocimiento existente para no acabar con un remedio peor.
Y como cierre una curiosidad y es que la cafeína, debido a altas concentraciones de esta sustancia en efluentes de depuradoras, presenta un mayor riesgo (el cálculo del riesgo está basado en la probabilidad de encontrar en el medio natural concentraciones que resulten tóxicas para un porcentaje determinado de las especies del ecosistema) para el medio ambiente4 que los microplásticos en el medio marino5, es peor el café que el vaso!!
Alexandre M. Schönemann, colaborados da vog. de medioambiente.
Referencias
1Hamlin, H.J., Marciano, K., Downs, C.A., 2015. Migration of nonylphenol from food-grade plastic is toxic to the coral reef fish species Pseudochromis fridmani. Chemosphere 139, 223–228. https://doi.org/10.1016/j.chemosphere.2015.06.032
2Tato, T., Salgueiro-González, N., León, V.M., González, S., Beiras, R., 2018. Ecotoxicological evaluation of the risk posed by bisphenol A, triclosan, and 4-nonylphenol in coastal waters using early life stages of marine organisms (Isochrysis galbana, Mytilus galloprovincialis, Paracentrotus lividus, and Acartia clausi). Environ. Pollut. 232, 173–182.
3Uribe-Echeverría, T., & Beiras, R. (2022). Acute toxicity of bioplastic leachates to Paracentrotus lividus sea urchin larvae. Marine Environmental Research, 176, 105605
4Rodríguez-Gil, J. L., Cáceres, N., Dafouz, R., & Valcárcel, Y. (2018). Caffeine and paraxanthine in aquatic systems: Global exposure distributions and probabilistic risk assessment. Science of the Total Environment, 612, 1058-1071.
5Beiras, R., Schönemann, A.M., 2020. Currently monitored microplastics pose negligible ecological risk to the global ocean. Sci. Rep. 10, 1–9. https://doi.org/10.1038/s41598-020-79304-z